Hace unas semanas, y después de bastante tiempo sin saber de él, un amigo me llamó para tomer un café. Siendo sincero, tenía uno de esos días en los que sopesaba las posibilidades de tirarme por la ventana; y reconozco que aunque hacia tiempo que no lo veía, tampoco es que tuviese demasiadas ganas de ver a nadie.
Me insistió lo suficiente como para aceptar y para terminar de arreglar la llamada, me dijo que lo estaba pasando muy mal por una cosa que le había pasado.
A quien pueda leer esto, la verdad es que tampoco le importará demasiado, pero es importante tener un pequeño detalle en cuenta. Estoy hablando de un hombre casado, que vive felizo con su mujer e hijos, pero sin embargo de vez en cuando deja escapar cierta ansia por cambiar pescado por carne.
Cuando llegué al sitio donde habiamos quedado, traté de hacer una broma fácil sobre su camisa (que dicho sea de paso era fea como ella sola) Lo encontré con una media sonrisa y la mirada apagada. Durante el trayecto a la cafetería me hizo las tipicas preguntar de cortesía; supongo porque preferia darme la noticia cuando me sentase.
Me explicó que hace unos meses había estado con un tío que hacia más o menos un mes le llamó para decirle que había dado positivo en las pruebas del sida. En ese momento me quedé atontado, puesto que aunque lo viese poco le tengo mucho cariño. No sabía que decirle ni como actuar. Cuando me encontraba sin palabras me dijo que se había hecho dos veces las pruebas y le había dado negativo, asi que por ese lado podía estar tranquilo; es más, me enseñó los resultados de las pruebas. Yo seguía sin saber que decir ...
Otra de las cosas que me dijo fue sobre lo preocupado que había estado desde que se hizo las pruebas hasta que le dieron los resultados, porque afirmaba que si se lo había pasado a su mujer el se suicidaba, que ya no le quedaba nada por lo que seguir viviendo. ¿Cómo poder mirar a su mujer y decirle que tenía sida? Es más ¿cómo decirle que se hiciera las pruebas por si se lo había contagiado?
Siempre lo tuve como una persona muy entera, pero esa tarde pude ver en él los estragos de una mala noticia que lo tuvo todo un fin de semana huyendo de su familia.
¿Por qué escribo esto? Pues muy fácil, porque se lo prometí. Él me pidio que contase su historia, pero que omitiese cualquier dato que pudiera identificarlo; y eso hago, contar esta pequeña historia.
Dejo para otro día una conversación que tuvimos sobre esos hombres casados y con hijos que se acuestan con otros hombre ...
Un saludo y gracias por su tiempo