domingo, 2 de diciembre de 2007

Examinando la mercancía ...

Me gusta sentirme un trozo de carne, que a fín de cuentas, toda la gente somos eso. Lo mires por donde lo mires siempre será así y como tal, siempre hay gente a la que le encanta comportarse como si, por mandato divino estuvieran destinadas a observar la carne que a su alrededor se mueve.
Hoy, por no ir más lejos; estaba tomando una copa con unas amigas en un pub. A unos metros de distancia, en otra de las mesas se encontraban tres muchachos, que dudo mucho que pasasen de los 20 años. Cada vez que alguien pasaba por delante de su mesa, dejaban de hablar y se concentraban en mirar a la persona en cuestión. A mi, esa actitud me ha llamado mucho la atención, porque me pareció curioso que les interesase más cualquiera que pasase que lo que en ese momento hablasen.
En el mundo en que vivimos, esto no es nada raro, porque no hay que olvidar que ahora, lo que se lleva es fijarse en el físico y en la ropa para determinar si una persona te interesa o no. Ya no interesa conocer a la persona, únicamente que lleve la mayor cantidad de ropa de marca posible o que físicamente resulte llamativo.
Este (para mi, curioso) comportamiento, es el mismo que yo ya había observado en esos hombres mayores que se sientan en el banco del parque y cuando ven aparecer a alguna chica se les van los ojos detrás de ella. Claro que he de reconocer, que esto era lo que a mi me parecía hasta que cumplí los 16 años. A partir de ahí, empiezas a darte cuenta que la gente esta más pendiente de los le rodea, a lo que tienen a escasos veinte centímetros.
¿Con que propósito hacían estos chicos eso? Ójala pudiera dar una respuesta a eso, pero sencillamente, no la tengo.
Estamos en una época en la que el ser humano ya no se sorprende de nada; en el que el tiempo de atención de cualquier persona esta ligado a la cantidad de sangre que pueda llegar a ver por minuto; donde ir con la cabeza bien alta y mirando a los demás por debajo de la nariz no es sintoma de sentirse orgulloso, si no más bien de sentirse "mejor" que el resto de la gente que se encuentra; donde la valía de una persona se mide por el coche que tiene o el número de dígitos de su nómina.
Prometo seguir indagando. Hasta otro ratico.
GRACIAS POR SU TIEMPO

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