miércoles, 2 de abril de 2008

Selección Natural

El ser humano, ese animal que evolucionó para sentarse en el "trono" del reino animal. Como especie hemos conseguido extingüir decenas de otras especies animales, tenemos todas las comodidades al alcance de la mano. Andar diez kilómetros para buscar agua hace cuatrocientos años, es el equivalente actual de levantarse del sillón e ir a la cocina a por un vaso y llenarlo con agua fría de la nevera. En el "mundo animal" no existe ni el pobre, ni el rico; todos son iguales.

Es curioso pensar, que, a lo largo de los años, los humanos hemos evolucionado al margen de la lógica.

Si bien, la mayor parte de las especies buscan una pareja con la que poder asegurarse la continuidad de la especie, el ser humano, aferrandose a su supuesta superioridad lo hace más que nada para ser (supuestamente) feliz. Para conseguir esta meta vale cualquier truco sacado de la manga.

-> A falta de pan ... buenos son Ferrari y Arami<-

Lamentablemente, vivimos en un mundo en el que las apariencias mandan. Da igual que no sepas quien era Cervantes, siempre y cuando tengas un Bmw. Tampoco importa mucho que no sepas lo que es Ghize, siempre y cuando hayas estado de crucero. El dinero y el físico mandan, por eso, a la hora de elegir pareja, el ser humano se fija en algo más que en la perduración de la especie.

Si en el resto de animales, las feromonas juegan un papel importante; en nuestra especie con tanta "supuesta" higiene se dejan de lado. Ya que no tienes referencias olfantivas, tienes que conformarte con lo que ves.

Si la otra persona tiene un buen coche (a más caro mejor) y una indecente cantidad de dinero en el banco, seguramente será elegida para formar pareja con la sanguijuela de turno. Pero claro, normalmente estas personas no es que puedan elegir precisamente. Normalmente, la estabilidad económica se alcanza al par de la madurez. Por eso no es extraño ver parejas, más parecidas a abuelo con la nieta paseando por el paque ... sin embargo, la verdad es otra. A esta "sanguijuela" se la podría comparar con una ladilla, porque la recibes a cambio de sexo, y mientras te quede una sola gota de sangre, ahí estará.

Claro que el físico también importa. A todas horas, y de forma sutil nos bombardean con la idea de que, para ser feliz has de tener un cuerpo diez. No discuto que para ser feliz ayude tener un cuerpo atlético, pero ¿y la salud? Cuanta gente no padece trastornos alimenticios por culpa de esa idea.

Hace poco leí en internet, que el diseñador Laggerfeld había roto la relación que mantenía con la franquicia H&M. La razón no podía ser más absurda. Se habían hecho tallas desde la 40 hasta la 44 de la ropa que había diseñado. Bien es cierto, que hay gente, que por constitución son delgados. Pero, ¿qué pasa con la gente como yo, que utilizamos una 42 de pantalón? Se ve, que debería ir vestido con una cortina o que me hicieran a medida la ropa.

Es un poco contradictoria la moda de tener un cuerpo perfecto, sobre todo porque viene del otro lado del Atlático; de un país, que si no recuerdo mal, es el que tiene más problemas de obesidad del mundo.

Las curvas, ya sea en un hombre o una mujer son hermosas (sin pasarse)

Rellenit@s y gor@s somo más, y a quien no le guste ...

Un saludo y gracias por su tiempo

1 comentario:

Mr. Prozac dijo...

Amen hermano!
La hipocresía humana ha llegado al limite de considerar la superficialidad como un hecho mas, no como un defecto o fallo, mientras que puedas vacilar (independientemente de lo que sea, coches, dinero, casa, contactos etc..) podrás mantener un estatus social activo y abundante y eso te reporta mas fama.
A que todo este ejemplo lo has imaginado con un tío delgado y de buen aspecto?
Esa es la pinta que tiene todo lo que yo no quiero.
Corpulentos y rellenos con cerebro mejor que escuálidos y sin materia gris =)

PD: Tio escribes de putisima madre, te felicito, de verdad.